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Fe, confianza y fideicomisos.

  • Foto del escritor: Carmina Sumano
    Carmina Sumano
  • 2 dic 2020
  • 3 Min. de lectura

Hace algunos años, en los tiempos del origen del Derecho Romano específicamente, se comenzó a hacer una práctica que consistía en una “comisión de fe” o sea, en encargar o cometer algo basado puramente en el valor de la confianza. El Fideicommissum, provenía de acciones encomendar inmuebles, mercancía, esclavos y otros bienes basados en una relación de confianza, amistad y buena fe a ciertas personas.


Hoy en día el Fideicommissum evoluciona a lo que conocemos como fideicomiso. Siendo éste un acto de encomendar bienes, ahora sin ser basado en pura confianza y buena fe, pero en órganos que se dedican en administrar y otorgar los bienes para un fin común.


Los fideicomisos en México, éste detonador de una bomba de protestas hace unos meses que no entendemos y que nos hace tomar sólo dos posturas radicales entre: “deberían de seguir” y “deberían de quitarlos”, ha tenido en incertidumbre a más de un organismo desde que se decidió desaparecer más de 100 fondos con un total de casi 68 mil millones de pesos.


Con la necesidad de reorientar recursos para atender la crisis sanitaria y económica, estos apoyos económicos serán destinados a otras necesidades latentes además de ser una manera de evitar la corrupción masiva en la que se manejaban las grandes cantidades


Entre las los diferentes tipos de comisiones afectado , una de las más mencionadas fue la comunidad cinematográfica, quien explícitamente expresó su desacuerdo ante la disolución de los fondos con que se producen la mayoría de las producciones anuales. Así como


El día de hoy explicamos y relatamos algunos de los avances sobre los olvidados y ya desaparecidos fideicomisos fantasma.


Primero:


¿Cómo son los fideicomisos en México?

Son fondos destinados para apoyar diferentes sectores económicamente impulsando su desarrollo y desempeño anualmente. Para acceder a estos fondos existen convocatorias o son asignados directamente dependiendo la necesidad poblacional ya que éstos comprenden desde concursos para el desarrollo de proyectos, becas hasta el apoyo en caso de desastres naturales o protección y seguridad a periodistas y ciudadanos amenazados de muerte, entre otros.



¿Qué se plantea?:

El 29 de Septiembre de 2020 se aprobó el proyecto de dictamen para desaparecer los fideicomisos para después discutir la iniciativa el primero de Octubre por motivos de la crisis actual. En estos días la sorpresa para los dependientes implicó clausurar los proyectos planteados con base en los fondos otorgados así como dejar en riesgo a las poblaciones vulnerables que dependen totalmente de ellos para enfrentar desastres naturales a los que se enfrentan cada año.

Después de la preocupación de los sectores afectados, se aclaró que no se desaparecerían por completo sino que serían administrados de una manera diferente para evitar que hubiera la desviación de fondos a lo que los sexenios pasados no atendían.


El verdadero problema.


El acceso a los fondos dependía completamente del carácter de la actividad.

En realidad, aunque mucho se comentaba del burocrático, selectivo e injusto proceso, se tenía un esquema planteado para el acceso garantizado a miles de ciudadanos. Es complejo describir el proceso de cada uno de ellos, sin embargo los resultados son evidentes al consultar el desarrollo y competencia que ha tenido México frente a las diversas actividades y programas culturales apoyadas.


El desaparecer el fondo antes de tener un proceso claro de cómo serán reorientados, habla de una brecha en la que se encontrarán los fondos mientras se acuerda algo en cada uno de los 109 nuevos fondos y nuevas comisiones.


El riesgo de estar en una brecha entre administraciones es un lujo que no se pueden tomar fondos como los que apoyan a periodistas protegidos, poblaciones enteras frente a temporada de huracanes y desastres naturales, la investigación científica y la cooperación internacional en ciencia y tecnología en plena crisis sanitaria y fondos para el cambio climático, entre otros.


Aunque en administraciones anteriores el desvío de fondos era evidente, es absurdo optar por quitar los fondos. Siendo ésta una administración nueva, quitarles el acceso es confirmar que aún así la administración actual no es confiable y que se prefiere delegar esta actividad a los nuevos órganos bajo los propios términos y condiciones; haciendo de éste, un proceso aún menos accesible a las necesidades reales y latentes que existen hoy en día.


¿Qué nos queda?


Aunque el panorama aún no es claro, se ha hablado que los nuevos organismos encargados de administrar estos recursos aseguran que no afectará en sus sectores.

María Novaro, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, asegura:

verán que se apoya a mismo número de películas o más”


El proceso nos hace esperar que sea realmente benéfico para todos los beneficiarios y, sobretodo, sus resultados. No se debe quitar el dedo del renglón de lo que, al final, alimenta la estructura del país.

Exigir la colocación y el esclarecimiento de los nuevos procesos es vital para que el asunto no se desvanezca entre los cambios por los que pasa el país actualmente.



 
 
 

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