Nos borraron de una foto.
- Carmina Sumano
- 30 oct 2020
- 5 Min. de lectura
Toma un lápiz, una hoja y dibujemos a esta persona:
Nacionalidad: Mexicana.
Sexo: Femenino.
Edad: 25 Años.
Estatura: 1.57
Complexión: Mediana.
Tez: Morena clara.
Cabello:Ondulado, largo, a la altura de los hombros.
Color: Castaño Oscuro.
Cara: Ovalada.
Orejas: Pequeñas.
Frente: Amplia.
Cejas: Pobladas.
Tipo de ojos: Pequeños.
Iris: Café Oscuro.
Nariz: Mediana, con base ancha.
Boca: mediana.
Labios: Delgados.
Mentón: Oval.
Señas particulares: Ninguna.
Aquí mi resultado:

¿Cómo buscarías a alguien en la calle con este retrato?
Es claro que ninguna descripción escrita, tan burocrática y resumida podría describir a la persona de la que se está hablando. Mucho menos describirá lo importante, única que podría ser tu amiga, hermana, prima, hija o conocida.
En una publicación sobre las mujeres desaparecidas durante el primer semestre de 2020 en México, leí un comentario proveniente de un señor de aproximadamente 40 años que, a juzgar por su foto de perfil, casado, con hijas decía:
“Hay más hombres desaparecidos, no hagan de esto algo que no es, a nosotros también nos desaparecen y nos matan”.
Con faltas de ortografía y un pésimo meme de foto de portada, este señor contundentemente cree que es absolutamente la verdad y que “las cifras por sí solas hablan”.
Su perfil, lleno de publicaciones políticas de una sola tendencia, algunos malos memes y otros sumamente misóginos, análisis sociales de solamente lo que él quiere ver y quiere creer demuestra la teoría de una burbuja social en donde sólo vemos lo que queremos ver.
Esto se torna grave cuando hablamos de un problema y peligro social en donde él absolutamente lo verá desde su perspectiva y, a partir de ahí actuará u opinará, sin pensar en lo que realmente puede afectar. Sobre todo, es grave cuando su conducta y pensamiento no son un caso aislado, sino un claro ejemplo de lo que pasa por miles de personas que actúan de la misma manera ante la desaparición de ya 18,258 mujeres en México, los cuales pueden ser señores en Facebook, o incluso, autoridades encargadas directamente de los casos.
Durante el mes de Octubre, dediqué días a visibilizar la situación de las desapariciones de miles de mujeres alrededor de la república. Posiblemente el hacer más notorio que hay muchísimos casos de desaparición y ausencia refleje la problemática real en la que están en peligro miles de mujeres en este momento. Literalmente tener que llevar el alimento a la boca de los no creyentes del “Mito de la violencia de Género”.
Familias con apenas una foto impresa, collages, fotos de los boletines, y fotos de sus redes compartiendo desesperadamente para encontrar a sus niñas, amigas, familiares, conocidas.
Publicaciones con alcance de menos de mill “Likes”. Compartidas 40 veces. Todo para encontrar a aquellas que en algún momento quisieron, hicieron sonreír, cargaron en brazos, o incluso no conocían, pero se preocuparon por su bienestar.
La conclusión más contundente: No hay un protocolo claro.
En promedio de una a dos personas compartidas al día entre Facebook, Twitter e Instagram principalmente. Algunas encontradas, pero en su amyoría siguen sin raspuesta.
Entre las publicaciones compartidas, analizadas, seguidas e incluso borradas, el patrón detectado en los casos fue el siguiente:
Se realiza un boletín oficial hasta 72 horas después del momento en que se detecta la desaparición o ausencia en la mayoría de los casos. Por lo que si la persona no ha aparecido en ese lapso, el tiempo sigue corriendo.
Las familias comparten primero fotos solamente en sus perfiles, teniendo de alcance sólo a sus contactos más cercanos los cuales, muchas veces son muy pocos y no se cubre geográficamente el caso.
Al compartir la imagen, en muchos casos se hace desde el perfil original, lo que hace que el algoritmo de las publicaciones compartidas sólo lo muestre a las personas que les interesaría. Reduciendo aún más el alcance de la publicación.
Twitter tiene la respuesta más rápida en las redes sociales. A diferencia de Facebook e Instagram, el número de personas que se involucra es mayor y la publicación dure más tiempo en su “feed”
Se crean perfiles para generar información falsa.
Este punto fue clave para notar el patrón del fracaso de las publicaciones. En las publicaciones que más tuvieron alcance, se veía comentarios de perfiles falsos de “primos” “papás” “conocidos” que aseguraban que la persona había sido “Localizada con bien”, algunos hasta publicando el boletín oficial marcado y la gente dejaba de publicar e incluso borraba las publicaciones anteriores. Esto afecta de gran manera a los contactos directos de la persona desaparecida ya que evita que se siga buscando masivamente y que la futura información no sea creíble.
La mayoría de las personas tenían un sospechoso, y era un sospechoso conocido.
El argumento “A nosotros también nos matan, a nosotros también nos desaparecen” se derrumba cuando no son desaparecidos por sus mismas esposas, novias, parejas, primos, vecinos. Los sospechosos de los casos de desaparición son los mismos padres, novios, esposos y parejas entre otros que, con antecedentes de amenazas o por algún descontento hayan intervenido en la presencia de estas personas e incluso, con sus vidas.
Existen grupos de ayuda y búsqueda, independientes que se dedican a buscar por zonas. Desde buscar personas hasta lamentablemente huesos. Aunque el papel de las autoridades ha generado protocolos como el Protocolo Alba, los casos no siempre son los mismos y los esfuerzos no han sido suficientes, aunque no me voy a adentrar en esta ocasión en la postura del gobierno sobre el asunto, en muchos casos los ciudadanos tenemos más alcance y para ayudar a más de una.
Entre los enredos de una red social, las vidas de miles de personas corren peligro, sus familias y amistades se encuentran angustiadas e incansablemente siguen con esperanza de volver a ver aunque sea con vida a una persona descrita superficialmente en un boletín con una fotografía antigua.
Esta crisis es real y mientras más claro se tenga cómo y cuándo actuar, se ayuda a más de una persona.
Lo que puedo concluir de los casos que he visto a lo largo del mes, y espero sea de funcionalidad para dar otra vertiente a los casos:
Es congruente seguir los pasos que indican las autoridades. Sin embargo, el tiempo es oro, en 72 horas puede pasar mucho. Tratar de cubrir amigos, familiares, testigos y la zona geográfica nunca está demás.
Asegurarse de que el boletín o fotografía sea público desde el primer momento es vital para tener un alcance rápido.
La mejor técnica que detecté para compartir es descargar el boletín o fotografía y subirlo al perfil propio con la información y el link correspondiente de los familiares. De esta manera se logra llegar a más contactos, no sólo a los que les podría interesar esa publicación, ampliando así una burbuja.
Es importante hacerlo en todas las redes sociales posibles, para darle notoriedad por todos los caminos posibles. Publicar varias veces y diferentes fotos también ayuda a que se reconozca mejor a las personas buscadas.
Habrá varias publicaciones con información falsa, ya que lamentablemente no se tiene control sobre la educación, empatía y apoyo de las personas. Sin embargo, una publicación no demerita a las demás, tratar de verificar la información es vital para mantener una red segura de apoyo.
Los sospechosos principales son personas cercanas a las víctimas, por lo que difundir esta información también es relevante por si se llega a tener contacto o visualización de cualquier actividad que se pueda relacionar a la desaparición.
Está también en nosotros ayudar, somos 83 millones de mexicanos usando redes sociales, en algo más podemos ayudar que compartir memes.
No queremos que nos dibujen para encontrarnos, no queremos que nos borren de una foto más.
Después de compartir casi todos los días del mes boletines, me dejaron de seguir muchas personas. Otras me escribieron preocupadas.
Aunque volteemos la cabeza el problema es real, nos faltan muchas y si podemos hacer algo al respecto lo haremos. Porque para nosotros es un dedazo, pero para ellos puede ser el regreso a casa.
Protocolo ALBA
¿Cuántas desaparecidas realmente?
Rastreadoras de Ciudad Obregón, Sonora.
FACEBOOK @RastreadorasDeObSon
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