Revelaciones: la realidad de la violencia médica.
- Escritor de blog
- 30 nov 2020
- 5 Min. de lectura
Ariadna Cuevas Flores
Visualiza un consultorio blanco, al entrar encuentras a alguna enfermera, doctora o doctor, te indica que debes desvestirte, dejar toda tu ropa dentro de un cubículo, en ese mismo cubículo encontraras una bata sumamente delgada y debes ponértela, así lo haces, sales, caminas sobre el piso frío, sientes un poco de nervios de no tener más que una delgada tela para cubrirte, te sientes… vulnerable.
A continuación, te piden que te sientes sobre una superficie un poco fría también, donde una vez que te sientas, hay un movimiento que hace ascender el asiento un par de centímetros, después te piden que coloques las piernas sobre dos brazos que dejaran a la vista tus genitales. La cara poco familiar de tu doctor o doctora, te saluda, hace las preguntas de siempre, te observa. Al mismo tiempo dice: Vaya sí que has subido un par de kilos, eres una vaca gorda, hazte un favor, haz ejercicio y come de mejor manera, no te quiero ver así en la próxima revisión, te estás haciendo mucho daño.
Te sientes mal mientras piensas en lo mucho que te esforzaste en mantener tu rutina de ejercicio durante todo el mes y aumentar la ingesta de verduras, pero la o el profesional sabe mejor que tú, debe de ser una certeza, algo estás haciendo mal. Tu docto o doctora te realiza el procedimiento, ya lo ha hecho con muchas personas más antes que tú, es un hábito, avisa que se sentirá frío en el cuerpo al poner el gel sobre tu pecho para realizar el ultrasonido. Te inserta un par de cosas más para que puedas ver tus órganos internos, son tuyos, pero no los reconoces, entonces escuchas como el especialista habla y te señala imágenes en la pantalla, parece estar en buen estado porque no hace más comentarios.
Comienza a retirarte los aparatos, dice que debes hacerte un estudio pues no le gusta una mancha blanca, casi invisible para ti, pues no notaste nada mientras te estaba observando, dice con tranquilidad que puede ser virus del papiloma humano, pero quiere asegurarse, no hay que preocuparse. Piensas ¿cómo?, pero agrega algo más, debes depilarte las piernas, seguro a tus parejas esto no les gustará y, ya que estás por ahí deberías depilarte los genitales, ya sabes, para tener una mejor presentación. Sientes vergüenza ante su comentario, continúa diciendo que por lo demás estás bien, que vayas a vestirte y cuando salgas te dirá el resto. Te quedas en confusión y perplejidad, pero haces lo que te indica.

La situación anteriormente descrita es una por la que atravesamos todas las mujeres, que tenemos acceso a asistir al departamento de ginecología, lo hemos hecho algunas veces probablemente sin visualizar toda la violencia por la que atravesamos, junto con toda la desinformación que tenemos sobre nuestros cuerpos pues en la medicina, como en muchas otras disciplinas que pueden llegar a deshumanizar, las mujeres somos más objetos de estudio, que personas activamente participativas dentro de su propio proceso de cuidado, de auto-reconocimiento personal corporal.
En un país latinoamericano como lo es México las leyendas urbanas sobre el cuerpo y todo lo que lo involucra están siempre al pie del cañón, al filo de las lenguas de muchos. Cómo construir nuestra propia concepción y estrategias de cuidado, si en el proceso cotidiano se siembra miedo, vergüenza, dolor, prejuicios sobre tocarnos y observarnos. Donde el acceso a la información pertinente es motivo de crítica o desidia, es sin duda un tema que pone en riesgo la salud.
La Dra. Mariana Robles Mejía. Ginecóloga y Obstetra escribe: la violencia obstétrica es un tipo de violencia que padecerán las mujeres y que puede ser ejercido por cualquier profesional de la salud, ya sea hombre o mujer. Esta trata de la omisión, restricción, o sobre utilización de tratamientos, de forma que coloca a la mujer y su cría en desventaja y deja secuelas físicas y emocionales.
En México, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), realizada por INEGI en 2016, incorporó una sección sobre atención obstétrica recibida por las mujeres entre 15 a 49 años de edad, que tuvieron un parto en los últimos 5 años de las cuales, 2,921,514 (33.4%) manifestaron haber tenido diversos incidentes entre los cuales se encuentran: gritos y regaños (11.2%), ignorarlas cuando preguntaban cosas sobre su parto o sobre su bebé(9.2%), tardarse mucho tiempo en atenderlas porque les dijeron que estaban gritando o quejándose mucho (10.3%).

Del total de mujeres que tuvieron entre 2011 y 2016 el nacimiento de un hijo o una hija por cesárea,10. 3% (385,611 mujeres) manifestaron que no les informaron de manera que pudieran comprender por qué era necesario hacer la cesárea. En este sentido 9.7% (364,170 mujeres) manifestaron no haber dado su permiso o autorización para que les hicieran la cesárea, incluso a algunas se les insultó por haber tenido placer durante la concepción, entre otras situaciones.
En nuestro país y nuestra cultura, la violencia contra la mujer está tan normalizada que visualizarla puede no ser fácil. Muchas de los usos y costumbres violentas no se cuestionan y por tanto no se modifican. La prevención es la primera fase de la medicina, sin embargo, se ha elegido invertir en cientos de procedimientos, procedimientos donde la mujer no puede tomar responsabilidad de su propio cuerpo y se excluyen los aspectos fisiológicos y naturales. Campañas y medicamentos invasivos para cuando ya es demasiado tarde.
Otras herramientas informativas que pueden ser útiles para comenzar a romper los estigmas es conocer que existen los derechos sexuales. De acuerdo con la ONU, los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad, la dignidad y la igualdad inherentes a todos los seres humanos. Puesto que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico.
Cabe resaltar que, aunque frecuentemente suele englobarse la expresión derechos sexuales y reproductivos como si se tratara de un mismo universo de derechos, hay que aclarar que, aunque en ocasiones los derechos sexuales pueden estar relacionados con los derechos reproductivos, no necesariamente la sexualidad se vincula con la reproducción.
“La violencia obstétrica no puede verse como un fenómeno ajeno al ejercicio de derechos humanos, dado que, vulnera distintos derechos de las mujeres, como son: derecho a la salud, derecho a la integridad personal, derecho a la seguridad, derecho a la información, derecho a la vida privada, derecho a vivir una vida libre de violencia”.
-Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca
Es vital comenzar a transformar la forma en la que el área médica se relaciona con nosotras, como mencionan Bedoya-Ruiz,L., Agudelo-Suárez,A., Restrepo-Ochoa,D se trata de crear espacios donde paciente y experto en medicina puedan entretejer los conocimientos para promover e instaurar la salud de la paciente dejar de tratarla como objeto de estudio para tratarla como una igual que requiere de acompañamiento. Implica cambiar la mirada de los salubristas, para acercarse a las necesidades de la población, Es necesario establecer diálogos que le permitan a la biomedicina integrar el derecho de las mujeres a estar saludables y tener experiencias no violentas, lo cual requiere una visión crítica del personal frente a la transformación estructural del sistema de salud mercantilizado, y las condiciones sociales de pobreza y desigualdad que afectan la salud.
Referencias:
Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca (2018) Violencia obstétrica: violación a los derechos de las mujeres. Fecha de consulta: 25 de noviembre 2020 https://www.oaxaca.gob.mx/sinfra/wp-content/uploads/sites/14/2019/02/Violencia_obstetrica.pdf
Robles, Mariana. 25N Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Instagram: https://www.instagram.com/p/CIBmr_fjGg3/
Red Baron (2017/03/02) MIAU Movimiento Insurrecto por la Autonomía de Una misma. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=grWQJHezFIY
Bedoya-Ruiz,L., Agudelo-Suárez,A., Restrepo-Ochoa,D. (2020) Mujeres en embarazo, parto, y posparto: una mirada desde el pensamiento feminista. doi: 10.17843/rpmesp.2020.371.4981
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