El dilema de “El dilema de las redes sociales”
- danni.dann.09
- 14 nov 2020
- 5 Min. de lectura

Hace un par de meses Netflix estrenó un documental llamado “El dilema de las redes sociales”. Si no lo han visto, se los resumo: es un documental en el que entrevistan a diferentes personas que en algún momento tuvieron algún puesto importante en alguna red social (Facebook, Twitter, Google, etc.) y hablan sobre las consecuencias negativas que han tenido las redes sociales en la humanidad. En paralelo, hay una especie de dramatización de una familia que ejemplifica (o exagera) lo que se esté comentando en la entrevista. En el documental se abordan diferentes problemáticas como los anuncios personalizados, el algoritmo malvado, la falta de privacidad, la polarización en la sociedad, las cámaras de eco y la afectación a la salud mental.
Personalmente no soy una persona de documentales, me cuesta trabajo mantener mi atención en ellos, pero tanta gente habló de este y algunos conocidos hasta se tomaron un tiempo fuera de las redes después de verlo, que estaba verdaderamente intrigada. Después de ver diferentes reseñas y críticas en YouTube, me decidí a verlo para formar mi propia opinión, la cual les presento a continuación.
Primero que nada, no pude evitar notar que es un documental muy blanco, casi toda la gente que entrevistan es blanca, hasta el protagonista de la dramatización es un adolescente blanco, entonces desde ahí tuve un sesgo hacia el escepticismo. Pero pongamos ese tema en el rincón por un momento. En general, el documental tiene razón en que las redes sociales son algo de cuidado, pero tampoco presenta información nueva a la conversación: ya sabemos que las redes son adictivas, que los sitios web recolectan y guardan información nuestra, que son factores para enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión, que dañan la autoestima de la gente. Repito, nada de esto es nuevo, pero tampoco está mal un pequeño recordatorio.
En la primera parte del documental se habla de los anuncios, de cómo funciona el modelo de negocio, se menciona varias veces que nosotros somos el producto que venden las redes sociales. Ahora, no digo que sea totalmente ético que se vendan nuestros datos (como nuestra edad) a las personas que pagan por poner sus anuncios en redes, pero no es algo nuevo ni es algo que en lo personal me moleste. Si voy a ver a anuncios en todos lados, prefiero que sean anuncios de cosas que me interesan y no de juguetes para niños pequeños, como sería si viera la tele.
Luego hablan del algoritmo malvado que registra todo lo que hacemos en línea. Desde lo que vemos hasta por cuánto tiempo lo vemos. En esta parte el algoritmo toma forma de Vincent Kartheiser (Mad men) x 3, cada uno representa un aspecto diferente del algoritmo: los anuncios, el crecimiento y el engagement. En la dramatización vemos cómo estos tres hombrecillos controlan al protagonista haciéndolo caer en un “rabbit hole”. Esta es la parte que me parece más exagerada, aunque, de nuevo, no es nada nuevo que se supone que el algoritmo está para hacernos pasar cada vez más tiempo en las redes, lo hacen ver como si el chico no tuviera agencia o criterio, como si el algoritmo fuera tan pensante como para saber quién es su exnovia.

Pienso que el tema de la afectación a la salud mental y la autoestima fue explicado muy bien, y es una conversación importante en la sociedad. Uno de los entrevistados menciona que las estadísticas de autolesiones y suicidios han aumentado drásticamente desde el 2011 (claro que son datos de EE.UU. pero no por eso menos preocupante), así como los casos de ansiedad y depresión en adolescentes. Mientras, en la dramatización podemos ver a la hermana menor (que solo tiene 11 años) del protagonista llorar frente al espejo por algún comentario de burla hacia su físico. Sin duda es un tema que se debe tratar, los padres de ahora tienen que arreglárselas para tratar de contrarrestar esto, y no es fácil.
Por último, todo el tema de la política, la polarización de la sociedad y las fake news o paparruchas en español (sí, esa es la palabra en español y me encanta). Nuestro protagonista en la dramatización cae por un abismo de redes, se ve envuelto en una burbuja o cámara de eco que solo repite las ideas con las que él está de acuerdo, haciendo sus creencias cada vez más radicales. El documental sugiere que la información que consume el chico no es del todo verdadera, pero al ser información con la que él está de acuerdo, él cree que es verdad. Eventualmente va a dar a una manifestación que se torna violenta y lo arrestan.
Todo esto mientras nos pasan un montaje de diferentes marchas, personas siendo arrestadas en manifestaciones, así como gente antivacunas con carteles. Esta parte me molestó particularmente porque compara movimientos de justicia social como el BLM con personas antivacunas y terraplanistas. Simplemente no hay punto de comparación. Además, el documental también sugiere que las protestas actuales están pasando porque las redes sociales nos manipulan cuando la gente ha protestado por sus derechos desde mucho antes de las redes sociales.
Como ya mencioné, las redes sociales sí son de cuidado, pero pareciera que el objetivo del documental es simplemente asustar a la gente con su musiquita de miedo. Casi al final, le preguntan a un entrevistado qué es lo que más le preocupa de las redes y contesta que una guerra civil. Tal vez es mi sesgo, pero claro que el hecho de que cada vez haya más gente luchando por sus derechos en las calles no le conviene a estos hombres blancos ricos.
Es claro que no todo es malo, nada en este mundo es enteramente malo o bueno, hay matices y hay cosas que solo son. Las redes tienen su lado perjudicial como el ciber bullying, pero también tienen su lado útil como encontrar donadores de sangre o que les han dado voz a personas diversas que de otro modo nunca hubiéramos escuchado.
Mi objetivo no es defender a las redes sociales, aunque así pareciera, tampoco pretendo darles la solución a todos estos problemas, porque creo que son más grandes que el individuo. Solo les voy a dar algunas recomendaciones que a mí me han servido a reducir mi tiempo de pantalla, porque tampoco pienso borrar mis redes:
Seguir solo a personas que realmente aporten algo a sus vidas, que no los hagan sentir mal respecto a su físico o su estilo de vida.
No seguir a gente que odian solo por ver qué más les pueden odiar. Si no te gusta el contenido, no lo sigas.
Seguir personas con las que no están de acuerdo. No es lo mismo seguir a alguien porque lo odian, esto es para conocer diferentes puntos de vista (no, el machismo y la homofobia no son puntos de vista, son discursos de odio).
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Ser críticos al leer y consumir.
El fenómeno de las redes sociales ya está aquí, tienen problemas que no son fáciles de solucionar, pero tampoco son un monstruo que vino quitarnos el poder de decisión. No somos los títeres que el documental nos hace creer, tenemos albedrío y criterio. También vinieron a darle voz a minorías que, hasta la fecha, no tienen voz en los medios de comunicación “convencionales”.
Recomendaciones relacionadas:
La burbuja. Carmina Sumano. https://dejame-tecuento.wixsite.com/dejametecuento/post/la-burbuja
The social dilemma. Jeff Orlowski, 2020. (Sí, lo recomiendo).
Repasemos las cosas que ignoraron en el documental The Social Dilemma /Roja Responde. Ophelia Pastrana. https://www.youtube.com/watch?v=LMMHHHLxXTo
Let's Discuss "The Social Dilemma". Tiffany Ferg. https://www.youtube.com/watch?v=bOVFikDhs4I&t=854s
Crítica de ‘El dilema de las redes’: la paradoja de cargar contra la desinformación… desinformando. César Noragueda. Hipertextual.
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